El Consejo Europeo de Dentistas presenta las conclusiones del estudio sobre el impacto que el COVID-19 ha tenido en el sector tras un año de pandemia
El Consejo Europeo de Dentistas (CED) publicó el pasado mes de junio el informe “One year of CED work on COVID-19”, en el que se recogen datos sobre las consecuencias de la pandemia en el sector dental hasta este momento
El informe estudia el impacto del COVID-19 en las prácticas dentales entre el 26 de marzo de 2020 hasta el 26 de mayo de 2021, a través de 19 encuestas que analizan además los futuros desafíos que le esperan a la profesión y los principales hallazgos y aprendizajes durante este año.
Durante los primeros meses de la pandemia el CED se centró en recoger datos sobre el impacto que tuvo el cierre de las clínicas dentales en diferentes países de la UE. Según estos datos, el 67% de la atención rutinaria de las clínicas se paró y se limitó solo a emergencias, teniendo un profundo impacto en la prestación de servicios odontológicos desde abril de 2020 hasta otoño del mismo año.
En este mismo periodo, más del 58% de los encuestados destacan la falta de Equipo de Protección Personal (EPP) y la falta de acceso a otros materiales necesarios para su trabajo como mascarillas, batas quirúrgicas, gafas y viseras.
Los datos del informe destacan el aumento de los costes asociados al control del contagio por COVID-19, el cierre de las clínicas, el incremento de los costes por material EPP y la falta de apoyo financiero por parte de los gobiernos, como principales factores que han afectado negativamente al sector dental europeo durante la pandemia.
No obstante, algunos países de la UE sí recibieron apoyo financiero por parte de sus gobiernos, ya sea de forma directa a profesionales de la salud, a través de impuestos y préstamos o a través del apoyo financiero general que se ofreció a todos los ciudadanos y empleados durante el contexto de la crisis por COVID-19.
El informe concluye que después de más de un año de pandemia se puede confirmar que el sector odontológico es un pilar fundamental de la asistencia sanitaria y sobre todo que es seguro.
Esta conclusión quedó patente durante la segunda y tercera ola, en la que muchas clínicas dentales europeas pudieron permanecer abiertas gracias a que los datos demostraron que no había riesgo de contagio. Según las encuestas del CED, que monitorizaron la tasa de infección entre los dentistas en el periodo de octubre de 2020 hasta marzo de 2021, más del 77% de las asociaciones dentales no detectaron un aumento en la tasa de infección de los dentistas.
Los datos expuestos por el CED demuestran que la odontología es segura para los pacientes y los propios dentistas durante la pandemia de COVID-19. Los protocolos eficaces de seguridad del paciente y de desinfección en clínicas evitan los riesgos de infección adicionales, lo que aumenta la confianza para volver a las consultas.