Este componente podría reducir más de 1.000 veces la infectividad del SARS-CoV-2 in vitro
La revista científica Journal of Dental Research publicó el pasado mes de julio el estudio “Mouthwashes with CPC Reduce the Infectivity of SARS-CoV-2 Variants In Vitro” en el que se afirma que el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC), un componente químico presente en algunos enjuagues bucales, reduce más de 1.000 veces la capacidad infecciosa de la variante Alfa del SARS-CoV-2, aparecida por primera vez en Reino Unido en octubre de 2020.
El estudio, realizado por el grupo Pista de IrsiCaixa en colaboración con el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya y DENTAID Research Center, amplió otras investigaciones posteriores y demostró que la acción antiviral del CPC inhibe el paso de la fusión viral con las células después de alterar la integridad de su envoltura viral, impidiendo que el virus pueda infectar a la célula. Gracias a esta capacidad, el CPC sería efectivo ante las variantes del SARS-CoV-2 y también en presencia de saliva esterilizada.
Como comenta Nuria Izquierdo-Useros, coordinadora del estudio e investigadora principal del grupo PISTA en IrsiCaixa, “demostrar que la eficacia del CPC se mantiene frente a las diferentes variantes del SARS-CoV-2 es crucial. Actualmente, variantes como la Delta preocupan debido a su elevada transmisibilidad y, por lo tanto, su capacidad de originar nuevas olas y colapsar el sistema sanitario de forma más rápida que la variante del virus original”.
Además, según el nuevo estudio, se ha confirmado que la actividad antiviral que ejerce el CPC no ataca a la proteína de la espícula, una proteína esencial para que el SARS-CoV-2 entre en la célula, si no que solo se centra en fragmentar la membrana del virus, favoreciendo que se rompa.
Es aquí donde se haya la efectividad del CPC, ya que la proteína de la espícula es donde las variantes del virus presentan modificaciones y donde se podrían hacer inmunes a la vacuna realizada en marzo de 2020.
Como explica el director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet: “Mediante diferentes técnicas de laboratorio hemos confirmado que el mecanismo de acción del CPC consiste en romper la membrana del virus, sin atacar a ninguna proteína en concreto”. Esta característica es positiva, ya que si el CPC no va dirigido a esa proteína específica de la membrana del SARS-CoV-2, se consigue que sea efectivo frente a cualquier variante del virus.
Aunque todavía se están analizando los resultados del ensayopara demostrar que el uso del colutorio y gárgaras durante 1 o 2 minutos serían suficientes para disminuir la infectividad del SARS-CoV-2 en saliva, sobre todo durante las dos primeras semanas posteriores a la infección, cuando la carga vírica es mayor y las personas son más contagiosas, las noticias son positivas ya que, como añade Jordana Muñoz-Basagoiti, primera autora del trabajo junto con Daniel Perez-Zsolt, “encontrar una herramienta como los colutorios que pueda distribuirse fácilmente a todos los países sería muy útil para reducir la velocidad de transmisión de las variantes”.
El dentífrico y el enjuague bucal ayudan a neutralizar el COVID-19